Piraña, la cuna del gol
Alcides Solé era un soñador. Había forjado una fuerte amistad con Jaime Sarlanga, goleador de Tigre, Ferro y especialmente de Boca desde 1940. Sarlanga había hecho 3 tantos en Tigre y 47 en Ferro. Llegó a Boca y hasta el 9 de setiembre de 1942 marcó 42 goles. Después haría otros 80, para ubicarse entre los cinco máximos goleadores de la historia de Boca. Piraña era sinónimo de gol.
A Solé le resultaba tan gracioso, tan sonoro, que el 12 de setiembre de 1942, junto a un grupo de amigos, fundó en Parque de los Patricios el Club Atlético Piraña. Recién en 1961 el club de afilió a la AFA. Y el primer partido oficial lo jugó contra otra institución humilde, pero de Sarandí: Arsenal, el equipo de los Grondona. Ese día no hubo ni vencedores ni vencidos. Fue 1-1. Con el tiempo, sí. Sarlanga llegó a conocer las andanzas del club que lleva su apodo en el fútbol de AFA durante cinco años. Hasta que su vida se apagó el 23 de agosto de 1966, de un paro cardíaco, cuando tenía 50 años.
Héctor Casimiro Yazalde nació en Avellaneda y, como Diego Maradona, jugó sus primeros partidos en Fiorito. Era pobre, flaco, esmirriado. No lo aceptaron en Los Andes ni en Racing. Trabajaba de lo que podía para ganarse unas chirolas. De ahí su apodo. "Me rajaban de todos lados, no me quería nadie. Yo nunca soñé con jugar en Primera...me veían con las zapatillas agujereadas y el físico esmirriado y salían corriendo", contó tiempo después, ya famoso. Un día de 1965, cuando aún tenía 18 años (había nacido el 29 de mayo de 1946) acompañó a un amigo a la práctica de Piraña, ese modestísimo club de la división aficionados. Le ofrecieron jugar. Se calzó el buzo, la rompió y lo ficharon. Para el mismo torneo llegó Delfín Edmundo Benítez, sobrino del Machetero Delfín Benítez Cáceres (goleador de Racing y de Boca), quien con 25 años todavía no había jugado en el fútbol de AFA. "Ahí lo conocí a Yazalde, era callado, no hablaba con nadie", le cuenta a Clarín Delfín Benítez. Entre los dos hicieron un descalabro en la categoría. En la fase clasificatoria, Piraña perdió un solo partido (de local con Tristán Suárez) y marcó 64 goles en 20 encuentros. En la ronda final, otros 19 tantos. "Entre los dos hicimos como 70 goles, yo anoté 45 y Yazalde 25", rememora Benítez, quien no estuvo en los partidos finales porque "tenía que trabajar". El desempate por el título lo jugaron General Mitre, Centro Español y Piraña. Mitre le ganó 3-0 a Español y Piraña 4-2. El partido decisivo entre General Mitre y Piraña se jugó de noche, en cancha de Atlanta. Mitre era un equipo de Avellaneda, presidido por Pedro Iso y que jugaba en de local en la cancha de Arsenal, el de Julio Grondona. Ambos dirigentes ya estaban vinculados a Independiente. El árbitro del partido fue Oscar Chávez, quien a los 10 minutos expulsó a Chirola Yazalde, quien ya había marcado un gol. Mitre ganó 3-2 y ascendió a Primera C. Pedro Iso le ofreció a Delfín Benítez jugar en para Mitre en la C. Con mayor visión de futuro, Grondona, que era presidente de la Comisión de Fútbol de Independiente, convenció al presidente Carlos Radrizzani de que pagara 1.800.000 por Chirola. Con esa plata, Solé hizo la pileta del club. Yazalde debutó en Independiente en 1967 y hasta 1970 marcó 72 goles en 113 partidos. Se fue al Sporting de Lisboa y triunfó. En la temporada 1973/74 anotó 46 goles y fue Botín de Oro, el premio otorgado por la revista France Football al mejor goleador de Europa. Conoció, se enamoró y se casó con Miss Portugal, conocida en la Argentina como Carmen Yazalde. Aquí tambié jugó en Newell's y Huracán. Tras su retiro, fue ayudante de campo de Luis Cubilla. Falleció el 18 de junio de 1997, a los 51 años, como consecuencia de una hemorragia interna. La gloria y el alcohol habían dejado sus secuelas.
Piraña siguió jugando en Primera D, hasta que 1978 dio la gran sorpresa. El equipo que era dirigido por Marino Colágero clasificó para la ronda final por el título. A mitad de ese torneo, Sacachispas presentó una protesta masiva por infracción al reglamento referido a la edad de los jugadores (no podían jugar más de 4 jugadores mayores de 25 años). La AFA investigó y hubo sanciones: 15 partidos fueron dados por perdido a los dos equipos y se modificaron otros 6 resultados. Entre los sancionados estuvieron 14 de los 15 clubes que disputaban la fase final: Justo José de Urquiza, Sacachispas, Midland, Cañuelas, Ituzaingó, Laferrere, San Miguel, Puerto Nuevo, General Belgrano, Argentino de Merlo, Brown, Victoriano Arenas, Central Ballester y San Martín. Piraña fue un canto a la honestidad; pero igualó en puntos con Urquiza y debieron disputar una final por el ascenso. "A veces leo que nosotros íbamos de punto, pero teníamos un gran equipo y la noche nos concentramos en un hotel Constitución Palace (Brasil y Lima), el mismo que Independiente, que estaba jugando las finales del Nacional con River. Nosotros nos asomábamos por las ventanas del quinto piso y la gente nos vivaba, pensado que éramos los jugadores de Independiente", recuerda el paraguayo Antonio Cano Toledo, autor de dos de los cuatro goles de Piraña ante Urquiza (ganó 4-1) el 6 de enero de 1979 en la vieja cancha de Argentinos. "Cuando terminó el partido, me hizo una entrevista Tito Junco y me comparó con Yazalde. Le dije que era una exageración". Cano, como Yazalde, pegó el salto a Primera. Arregló con All Boys, por entonces en la A, no llegó a jugar oficialmente y estuvo apenas dos partidos en el banco de suplentes.
Tras alcanzar el éxito, llegó el ocaso. Jugó el campeonato de Primera C y realizó una campaña pobrísima: de 38 partidos, ganó 2 (a Cambaceres de local y a Excursionistas de visitante), empató 7, perdió 29 y recibió 115 goles. Volvió a la D y contrariamente a lo esperado, la campaña fue patética: ganó 3 partidos, perdió 17, apenas hizo 14 goles y le marcaron 74. Quedó última en la zona Sur. Ese mismo año se desafilió.
Su sede sigue estando en la calle Elías 678, en Parque de los Patricios. En su fachada, tras la reja principal, sigue estando el escudo despintado en rojo, blanco y azul, con las siglas C.A.P. La pileta que construyó Solé con la plata de la venta de Yazalde, está inhabilitada desde hace años. La canchita de papi fútbol se la alquilan al club Social y Deportivo Unión de Leones, que juega los campeonatos de FEFI. La cancha grande, que nunca pudo utilizar para un partido oficial porque no tenía las medidas reglamentarias, los que manejan el club se la alquilan a particulares. Cualquiera puede jugar sobre el campo que guarda el recuerdo de la primera práctica de Héctor Yazalde, de los goles en los entrenamientos de Delfín Benítez, de Antonio Cano Toledo y de un centenar de anónimos futbolistas amateurs.
Allí, en un pedazo de barrio de Parque Patricios, está la cuna del gol.