sábado, 19 de enero de 2013

INTERESANTE NOTA DE COLEGAS CORDOBESES
Gustavo "Tenaza" MOYANO: la libertad está en sus manos
Gustavo “Tenaza” Moyano estaba en las inferiores de Instituto. Abandonó, se metió en la barra y terminó preso por los "aprietes" al plantel. Luego de tres meses en la cárcel, el club le da otra chance. Volvió a jugar.

Por Hernan Laurino. Publicado en www.diaadia.com.ar

Gustavo “Tenaza” Moyano estuvo atrapado, casi desde que nació. Y mucho más de lo que quiso. Atrapado en Villa El Nylon, ese lugar donde todo vale menos, pero cuesta más. Donde hay que hacerse hombre a los trompadones. Atrapado en una familia humilde de 10 hermanos, a la que siempre soñó sacar de la villa.
Atrapado en un entorno que eligió y que aún defiende, aunque los demás dijeran que tuviera “malas juntas”. Atrapado en un amor enfermo por Instituto. Atrapado, también en el anhelo de triunfar como futbolista en la misma Gloria. Y, también, atrapado hasta hace poco, entre las paredes de una pequeña celda en Bouwer. Por tres inagotables meses.

Gustavo “Tenaza” Moyano (23 de enero de 1992) es ese arquerito que era la promesa de las inferiores que integró desde los seis años, pero que un día, a sus 18, “se rayó” y dejó el fútbol. Se hizo definitivamente barra e integró la facción denominada “Los Ranchos”. Hace siete meses, viajaba en el colectivo que apretó al plantel de Instituto en Corrientes. Por lo que se comió largas noches preso. Llorando. Atrapado. De verdad atrapado en una realidad que lo superaba.
Pero Tenaza salió (en libertad condicional, ya que la causa está “frenada”). Y hace apenas unos días, mientras trabajaba en una planta de tratamiento de agua, recibió un llamado que le empezó a enderezar el camino. Puchi López, uno de los PF que acercó el nuevo coordinador de inferiores Marcelo Bonetto y a quien conoció por ir a su gimnasio, hizo sonar su teléfono. Y le dijo las siguientes palabras: “Tena, está la chance de volver a Instituto. ¿Te gustaría?”.
“Volver fue algo muy lindo, de una día para el otro... Estaba parado, no hacía nada, y que te caiga un llamado para volver al club es algo que no esperaba. Que lo quería mucho, pero no lo esperaba. Me habló Marcelo (Bonetto), Puchi, los profes. Todos me recibieron muy bien. La Agustina es mi segunda casa. Estoy muy agradecido a todos, al presidente y a los dirigentes que me dan esta oportunidad. Vengo a ser uno más. A sumar. Es lo que más quiero y lo que más me gusta”, cuenta Tenaza a Día a Día.
“Yo vivía en Remedios Escalada y veía que entraban y salían los chicos del predio y me agarraba una cosa... Algo fuerte. Decir, no puedo estar ahí. No poder entrar... El club es una parte muy importante de mi vida. Después de mi familia, es lo más importante que tengo”, agrega, sentado en uno de esos palos que bordean las canchas de La Agustina.
“Escuchame, Tena. Poné las piernas así cuando vas a saltar. Así”, le dice Ramón Álvarez, golero histórico institutense mientras realizan el calentamiento abajo del arco. Y del rayo del sol. Tenaza mira atento. Como el que sabe que tiene una oportunidad en sus manos. Y, tal vez, sea la última. Descuelga un centro y se estira hasta el cielo. Todas las pelotas son un centro al minuto 90 para él. Sale fuerte. Con los codos abiertos y las rodillas afiladas, aunque el delantero rival sea el aire. Sabe que se está preparando para volver a atajar. Y eso significa volver a vivir. O quizás más.
“Dejé por cosas de la cabeza mía. Había llegado a entrenar con la Primera, pero tuve la mala suerte de estar en la barra, y es algo de lo que estoy arrepentido. Y más arrepentido de haber dejado el fútbol, algo que no tendría que haber hecho. Eso me llevó a meterme ahí. Me tocó elegir el camino equivocado y me equivoqué”, se apena.
Gustavo dice que los tres meses en Bouwer no fueron “un sufrimiento”. Se acomodó rápido. Y le tocó estar en un pabellón “con gente grande”. Eso lo salvó. Pero lo peor era cuando la familia iba a visitarlo. Mamá Bety, sus hermanos Mariana, Eva, Jorge, Beto, Kiki, Lucas, Cristian, Alex, Lautaro. O su hija Alma.
“Desgraciadamente no la puedo tener conmigo. Además, tengo un bebito en camino con Emilse, que estoy saliendo ahora. Ella me ayudó un montón. Me enseñó a cambiar cosas que estaba haciendo mal y no tenía que hacer. Me ayudó a recapacitar y eso me llevó a ir al gimnasio con Puchi. Todo pasa por algo”, afirma y su cabeza se agacha como si recién le hubieran terminado de hacer un gol: “Los tres meses en Bouwer parecieron una vida. No es tanto lo que sufre uno. Uno sabe dónde está. Pero lo que sufre la familia, mi vieja que ya está grande. Me iban a ver y yo no sabía si ese pan que me daban a mí le faltaban a mis hermanos, o a mi hija. En el momento que terminaba la visita, me tenía que quedar adentro y salía mi familia quebrada, era lo peor. Ahora senté cabeza. Aprendí la lección. Pero la vida pega feo. Te pega con cosas que duelen mucho”.
Marito, uno de los utileros de La Agustina, llena los bidones de agua y ya sabe todo. Porque siempre sabe todo lo que pasa en el predio. “Ya sé a qué viniste. Sólo te digo que en la vida las oportunidades hay que aprovecharlas. Gustavo es un gran proyecto. Pero yo hablé con él y le dije: ‘Vas a tener que elegir. Jugar en el equipo que amás o el paravalancha’. Ya un año eligió el paravalancha y así le fue”, dice. Marito fue uno de los tantos que lo habló a Tenaza en los momentos críticos. Y uno de los tantos a los que Tenaza no escuchó.
“El club me dio muchas cosas y yo le estaba pagando mal. Le estaba haciendo mal al club. Quiero devolverle a Instituto todo lo que me dio. Estoy decidido a dejar todo acá. Las cuatro, cinco horas de práctica dejar todo de mí. Igual en los partidos, donde me toque. Sé que empiezo de cero. Yo acá vengo a remarla y a buscar mi lugar”, cuenta Moyano, que tiene edad para jugar seis meses más en la 4ª de AFA o es una alternativa para la Primera local, que jugará en la A de la Liga Cordobesa.
“Gustavo tiene chances de pasar a préstamo a Argentino Peñarol o jugará en Instituto. Pero queremos que juegue este año sí o sí”, dice el propio Marcelo Bonetto, flamante coordinador de las inferiores, que camina el predio intentando sembrar las promesas de mañana.
El vice Carlos Giusti también lo sigue de cerca en el predio. “Vamos a la sombra”, pide. “El chico Moyano siempre ha tenido muchísimas condiciones. Eso lo ven todos. El tema es si logra acomodar su vida personal. Ojalá tome esta oportunidad de esa manera. Es un chico que si lo entiende, tiene un gran futuro”, señala sobre Tenaza.
“En el momento ese yo no tenía cabeza. Todo cambió ahora, en vez de decir ‘hoy me quedo en mi casa’, iba y me sentaba en la esquina. Ahora cambió hasta eso.
Quiero disfrutar de mi familia. Mi hija va a cumplir dos años y no la disfruté casi nada por estar ahí (en Bouwer). Muchos hablaron del tema que pasó (el apriete), de tan solo acordarme se me pone la piel de gallina. Salió mi nombre y me ensuciaron. Mucha gente me hizo daño. Los que me conocen saben que yo nunca haría esas cosas. Yo estuve ahí, pero no en las cosas que me incriminaron. Me comí de arriba algo muy malo”, tira sin vueltas.
Moyano sabe que estuvo atrapado. No sólo en Bouwer. Sino mucho antes. Con una vida difícil. A los nueve años le tocó perder a su viejo (Roque). Y a él es a quien le pide cada noche que “lo ordene”. Que le muestre el camino indicado de ahora en adelante.
“Lo que más quiero es estar adentro de la cancha. Es por lo que voy a dejar la vida. Yo sé que de esto va a vivir mi familia, voy a vivir yo, va a ser mi trabajo. Vengo a pelearla. Soy muy agradecido a los que me han dado esta chance. Yo soy el pibe que viene a pelearla, para el bien de él, de su familia, y va a ser la figura de Instituto. Voy a ser el arquero de Instituto. Todo está en mí ahora. Comenzó mi ilusión, y no paro hasta cumplir mi sueño”.
Tenaza Moyano es un arquero con salida. Al que la vida le puso las llaves correctas. Le queda seguir abriendo puertas. Y salir.
Chiarini le da su apoyo. En la vuelta al club, Moyano se cruzó con Julio Chiarini. “Me tiró buena onda y me dijo que le meta con todo”.
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RONDA INFORMATIVA

UNION: Cuerpos técnicos confirmados para el 2013.
Cuarta División PUMPIDO Juan Pablo (DT) y RODRIGUEZ STRADA Carlos (PF).
Quinta División PROVENZANO Mateo (DT) y MONTIBELLI Maximiliano (PF).
Sexta División MOSSET Diego (DF) y RIOS Fernando (PF).
Séptima División SPAGNOL Aldo (DT) y AGUILAR Leonardo (PF).
Octava División LERMAN Sergio (DT) y CALDERON Facundo (PF).
Novena División VELAZQUEZ Diego (DT) y CAMPOS Ricardo (PF). Info: Mundo Rojiblanco.

INDEPENDIENTE:: el lunes, en domínico, vuelven al trabajo las seis divisiones juveniles.
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