LAS VERGONZOSAS GOLEADAS EN EL FUTBOL INFANTIL
Arranca el partido. Juegan niños de 11 años. Cuarenta segundos de juego. Desborde, centro y gol. 1-0. Dos minutos. Tiro libre. El arquero no llega. Gol. 2-0. Y seguimos sumando goles hasta 16. O 18. O 23... muchos perdieron la cuenta. Cuando vemos la planilla vemos que hasta el árbitro también la ha perdido...
El equipo que ganó, y el que perdió, se van iguales: vacios. Los niños no aprendieron nada. No hay ganas de festejar en los que triunfaron. Y una preocupante sensación de humillación en los que perdieron.
Como si fuera poco, algunos padres terminan responsabilizando el árbitro...
Ocurrió muchas veces en el torneo 2016 de FUTBOL INFANTIL de AFA. Y, a decir verdad, ocurre en varias ligas locales y en varios lugares del mundo, aún en los partidos de fútbol base que se juegan en cancha reducida.
Hay que evitar estos resultados. No sirven para nada. Son inadmisibles. En la tabla final del torneo 2016 de FUTBOL INFANTIL, con un nuevo formato del torneo respecto a años anteriores, VELEZ anotó 399 goles. Recibió 17. El último en la tabla festejó un gol 17 veces en 54 partidos. Recibió 230. Duro.
"Unas palizas que para muchos llegan al terreno del ensañamiento, de la humillación y no deben tener cabida en unas categorías donde lo importante es que los niños desarrollan habilidades básicas de movimiento, se divierten y pasen tiempo con los amigos”, señala Wade Gilbert, profesor de la Universidad Estatal de California en Fresno, experto en deporte base en Estados Unidos, donde las mercy rules (reglas de clemencia) o slaughter rules (reglas contra carnicerías) están muy extendidas en la mayoría de deportes infantiles.
“Una de las enseñanzas más importantes del deporte es la de saber perder, la tolerancia a la frustración”, sostiene el pedagogo Juan Antonio Planas. “Pero si hablamos de educación emocional y afectiva, no se puede consentir que se llegue a la humillación cuando los equipos están muy descompensados. Querer acabar completamente con el rival, casi como si fuera una guerra, ya no es deportivo”, agrega.
En Europa se han realizado intentos:
- algunas Ligas no registran en planilla más de 10 goles.
- Otras no permiten "presionar" hasta cierto lugar del campo ante un saque de arco.
- En la liga infantil de fútbol de Shanghái, si un equipo gana por más de cinco goles el otro puede pedir que se congele el marcador y jugar con uno más.
- algunas Ligas no registran en planilla más de 10 goles.
- Otras no permiten "presionar" hasta cierto lugar del campo ante un saque de arco.
- En la liga infantil de fútbol de Shanghái, si un equipo gana por más de cinco goles el otro puede pedir que se congele el marcador y jugar con uno más.
"Aunque en categorías más pequeñas las goleadas no son extrañas cuando se juega con los clubes con más potencial deportivo, nunca debemos permitir que se llegue al límite de la victoria ofensiva, que el resultado vaya más allá del escándalo, tratando de humillar al club rival, pero sobre todo a los jóvenes de pocos años que han sufrido esa derrota", sostiene Pedro Meseguer Díez, técnico español, en un interesante análisis sobre el tema.
Como sea, habrá que tomarse en serio los cambios que se vienen en nuestro fútbol y trabajar sobre el punto. Volver a pensar la estructura de los torneos. Nivelar la competencia puede ser una solución. Pero quizás, coordinadores y dirigentes puedan encontrar otras. Lo que pasó en el 2016 decididamente, fue lo contrario.
Jugadores, entrenadores, dirigentes, padres... todos debemos darnos el debate. El periodismo también debe hacerlo. El año pasado muchas veces estuvimos tentados de informar sólo GANO - PERDIO ante resultados con tanto desequilibrio... no lo hicimos. Una pena. Deberíamos haberlo hecho. No sirve destacar lo que no merece ser destacado.
Hay que conseguir un FUTBOL INFANTIL más formativo, y menos competitivo. En lenguaje común, menos "bla bla" y más seriedad.
Como sea, habrá que tomarse en serio los cambios que se vienen en nuestro fútbol y trabajar sobre el punto. Volver a pensar la estructura de los torneos. Nivelar la competencia puede ser una solución. Pero quizás, coordinadores y dirigentes puedan encontrar otras. Lo que pasó en el 2016 decididamente, fue lo contrario.
Jugadores, entrenadores, dirigentes, padres... todos debemos darnos el debate. El periodismo también debe hacerlo. El año pasado muchas veces estuvimos tentados de informar sólo GANO - PERDIO ante resultados con tanto desequilibrio... no lo hicimos. Una pena. Deberíamos haberlo hecho. No sirve destacar lo que no merece ser destacado.
Hay que conseguir un FUTBOL INFANTIL más formativo, y menos competitivo. En lenguaje común, menos "bla bla" y más seriedad.
Leonardo Perales
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